8/24/2009

AL PAN, PAN Y AL CERDO, GUARRO (V)


Redactado por Elena Nito. Currante en psiquiatría


Acto 1.2.-

Pero se cumplió el refrán: ninguna buena acción queda sin castigo, y es que este individuo en vez de aprender la lección, como decía en el capítulo anterior, se gazapó y comenzo a acumular rencor, odio y un desmesurado afán de venganza, venganza que nunca se atrevió a cumplir porque su cobardía se lo impedía.

Al cabo de seis meses, como no le pasó nada -ya se sabe, la perifrástica de los jefes-, en su enfermiza mente creyó que lo había hecho bien, y por lo tanto, podía seguir igual. Como los piojos, ya que el piojo resucitado pica dos veces, empezó a dar rienda a su verdadera personalidad, pero con un pequeño y lógico cambio.

Comenzó un puteo, suave, pero seguido, in crescendo contra el personal de Enferemería hacía abajo, y sin embargo se comportaba como un verdadero lameculos con personal con Titulación Universitaría Superior, 8por su natural complejo de inferioridad) pelotas enchufados por él, y alguna que otra persona con la que su cobardía le impedía vengarse a gusto.

Pero lo intentó, con cosas estúpidas: ¡Has llegado tarde!, "errores en nómina", "permisos anulados, porque si" y un largo etc.

La respuesta, sin embargo no se hizo esperar por parte de los trabajadores. En una primera etapa, se colocaron en todas la paredes del hospital, carteles con denuncias, pero todo dentro del hospital, y sin embargo, sus superiores no hacía nada para evitar sus desmanes, ni por activa, ni por pasiva, sólo por perifrástica. El tipo sabía que mientras las denuncias no saliesen del Hospital no sucedería nada (daños controlados).

De manera que se inición una segunda etapa de protestas sindicales, se comenzaron a denunciar en los medios de comunicación al actuaciones de este individuo, a quien se nombraba con cargo nombre y apellidos (daños expansivos).

Me consta, que desde los Servicios Centrales de Osakidetza, fue llamado a capítulo muchas veces para recibir la consiguiente bronca, y como comentó uno de sus jefes: tiene una incapacidad total para reconocer su errores, la culpa de todo, siempre la tienen los demás.

Así que, sabiendo que este tipo era el culpables de todos los desaguisados, del mal ambiente que aumentaba día a día, se tomo la decisión de dar un paso más. Estaba claro que si el culpable seguía actuando, es que contaba con el beneplácito de su superior, por lo que se cambiaron las dianas de la denuncias. Se denunciaría a su inmediato superior por inoperante y consentirle las canalladas. (ampliación de daños)



Continuará Acto 1.2 ...

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