8/13/2009

PERFIL DEL ACOSADOR Y LA VICTIMA: AGRESOR (II)






Compilado: Patxi Calvo. Criminólogo. Trabajador psiquiátrico en Osakidetza.

Fuente: Rodríguez López autor de Acoso moral en el trabajo.






Según Rodríguez López, en su libro El acoso moral define a estas personas como "resentidas, frustradas, celosa o egoítas, teniendo uno o varios de estos rasgos en mayor o menos medida" Están necesitadas de admiración, reconocimiento y protagonismo y lo que quieren es figurar, ascender o aparentar, aún cuando simplemente deseen hacer daño o anular a una persona.

El principal problema que presenta el mobbing es como detectar al agresor ya que la imagen que proyecta hacia el exterior es bastante positiva.

Generalmente no es consciente del daño psicológico que puede ejercer y no conoce el significado del término equidad.

El acosador moral, a diferencia de otro acosador como puede ser el sexual mantiene hasta el último momento (la sentencia condenatoria) e incluso después, la convicción interna de no haber hecho nada malo sino el ser estricto con su trabajo. Así como el acoso sexual, el sujeto activo que es demandado o denunciado, suele interiorizar a la llegada a los tribunales que algo ha hecho (bueno... es cierto que ese día me pase un poco...), aunque acto seguido intente desdramatizar su comportamiento con frases como "...pero no hay que tener una mente estrecha" o "estamos en una sociedad liberalizada" u otras similares.

El sujeto activo de la presión laboral tendenciosa no es consciente en ningún momento anterior al juicio, de que algo malo ha hecho, pues entiende que lo único que ha hecho en cumplir estrictamente con su trabajo, y si está ahi es por los problemas que tiene el demandante o el denunciante. La sorpresa que que genera el desarrollo del juicio en el sujeto activo, escuchando a los abogados, a los testigos de la parte instante, suele ser mayúscula terminando con un rostro claro de incredulidad. La autoconfianza en su comportamiento de muestra así, como un factor claramente diferenciador entre el acosador moral y el acosador sexual.

Con caracter general los mobbers o agresores no se centran en sujetos serviciales y disciplinados. Lo que parece que desencadena su agresividad y toda serie de conductas de acoso es la envidia como un sentimiento de codicia, de irritación rencorosa, que se desencadena a través de la visión de felicidad y de las ventajas del otro.

Muy probablemente lo que subyaceen el fondo es el miedo de los hostigadores a perder determinados privilegios, por lo que la ambición desenfrenada empuja a eliminar dráticamente cualquier posible obstáculo que se interponga en el camino. Cuando hablamos de agresor conviene hacer una distinción entre aquellos que colaboran con el comportamiento agresivo de forma pasiva y que analizaré más detalladamente en el apartado dedicado al ENTORNO, y aquellos que protagonizan la agresión practicándola de forma directa.





continuará...

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