Autor: Patxi Calvo. Trabajador psiquiátrico. Criminólogo.
No es probable que recordeis la entrada de este blog, del 29 de Julio : La cultura es un arma cargada de sanciones, pero si lo leeis, podreis comprender mejor este comentario.
Cuando me expedientaron por regalarle un libro al anterior Jefe de Personal, se me incoó un expediente disciplinario, y mira tu por donde, nombraron instructor a José Alberto García Fernández, según él, letrado.
Hasta aquí, dentro de los sinsentidos del tema, "normal".
Pero me comentaron una serie de cosas, supuestos amigos de la Dirección, que me llevaron -siempre dentro de la burocracia que acompaña a este tipo de actos- a recusar al mencionado Sr. García por dos motivos:
1º.- Por amistad manifiesta con la persona denunciante.
2º.- Porque una vez acabado de incoar el expediente disciplinario, sería nombrado Director de Recursos Humanos del Hospital, donde trabajo.
Dos cuestiones más que suficientes para que fuera apartado del caso, pero.... la chulería es inmensa y la pretendida impunidad de estos "acusadores" más aún.
Y me contestaron:
En el primer caso, el interesado, diciendo que no era cierto, que no le unía ningún tipo de amistad al instructor del expediente. En principio lo dí por válido, porque es cierto que este individuo no tiene amigos, sólo intereses.
En el segundo caso, no me contestó el instructor del expediente, sino el Gerente del Hospital, asegurando que eso no era cierto.
Sabía que eso era mentira, pero ante la Ley no se juzgan intenciones, pero conseguí para un futuro -ya- que el Gerente minstiese, y por escrito.
Una vez acabada la comedia del expediente, ¡sorpresa!, al instructor del mismo le nombraron Director de Recursos Humanos del Hospital, con lo que se consumaba así el fraude de Ley.
Por supuesto en esta semana que viene, presentaré denuncia en el Juzgado de Guardia, por el citado fraude de Ley, pero también por falsedad en documento público, prevaricación y un largo listado de delitos administrativos.
Y como me enseñaron en Criminología: paciencia, no lo pueden evitar.
De todos modos, señor Gerente, Sr. Jefe de Personal, la impunidad para ustedes acabará en breve, y como este tipo de cosas de la Administración son públicas, ¿quién soy yo para no informar a la ciudadanía de lo que hacen con sus impuestos?
Cuando me expedientaron por regalarle un libro al anterior Jefe de Personal, se me incoó un expediente disciplinario, y mira tu por donde, nombraron instructor a José Alberto García Fernández, según él, letrado.
Hasta aquí, dentro de los sinsentidos del tema, "normal".
Pero me comentaron una serie de cosas, supuestos amigos de la Dirección, que me llevaron -siempre dentro de la burocracia que acompaña a este tipo de actos- a recusar al mencionado Sr. García por dos motivos:
1º.- Por amistad manifiesta con la persona denunciante.
2º.- Porque una vez acabado de incoar el expediente disciplinario, sería nombrado Director de Recursos Humanos del Hospital, donde trabajo.
Dos cuestiones más que suficientes para que fuera apartado del caso, pero.... la chulería es inmensa y la pretendida impunidad de estos "acusadores" más aún.
Y me contestaron:
En el primer caso, el interesado, diciendo que no era cierto, que no le unía ningún tipo de amistad al instructor del expediente. En principio lo dí por válido, porque es cierto que este individuo no tiene amigos, sólo intereses.
En el segundo caso, no me contestó el instructor del expediente, sino el Gerente del Hospital, asegurando que eso no era cierto.
Sabía que eso era mentira, pero ante la Ley no se juzgan intenciones, pero conseguí para un futuro -ya- que el Gerente minstiese, y por escrito.
Una vez acabada la comedia del expediente, ¡sorpresa!, al instructor del mismo le nombraron Director de Recursos Humanos del Hospital, con lo que se consumaba así el fraude de Ley.
Por supuesto en esta semana que viene, presentaré denuncia en el Juzgado de Guardia, por el citado fraude de Ley, pero también por falsedad en documento público, prevaricación y un largo listado de delitos administrativos.
Y como me enseñaron en Criminología: paciencia, no lo pueden evitar.
De todos modos, señor Gerente, Sr. Jefe de Personal, la impunidad para ustedes acabará en breve, y como este tipo de cosas de la Administración son públicas, ¿quién soy yo para no informar a la ciudadanía de lo que hacen con sus impuestos?
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