11/28/2009

SI SALE BIEN, VALE. SI SALE MAL, DEPENDE


Autor: Al Qa Parra. Manicomiólogo

No hace mucho, en una de esas inolvidables noches de trabajo, en las que o bien pasa de todo, o pasa de todo y más, (me) sucedió por medio de esa concatenación de circunstancias, una de esas cosas de terror, que si bien tu profesionalidad las soluciona, si sale mal, y no por culpa tuya, ¿vas jodido!

Si señor, estamos hablando de los expedientes X del manicomio de Zamudio .

Pues la noche en cuestión, estábamos en la planta tres auxiliares, una enfermera y 35 pacientes. De los tres auxiliares, dos tenían una experiencia de dos días -una de ellas con contrato fijo, y la otra con contrato temporal. El otro auxiliar, yo. 33 años de experiencia, fijo en la empresa. La enfermera, con contrato temporal, experta, pues es a la que más hacen trabajar -es que no tiene padrinos en la empresa-, y nos comunicaron que iba a ingresar un paciente.

Justo en ese momento, cuando la enfermera y las dos auxiliares bajaron a recibir al ingreso -para que aprendiesen, ya que los que cobran por enseñar, sólo están por la mañana- un paciente salió de su habitación, totalmente angustiado, con un grave problema de autolisis -suicidio-, por lo que me fuí a hecerle compañía, hablando con él, intentado hacerle cambiar de opinión, en fin, trabajando.

Mientras estaba en esta labor, oí ruidos no normales que salían de una habitación, por lo que acudí de inmediato para ver que sucedía. Y sucedía.

Otro paciente, que sufría de apneas (sin máquina CIPAC, ¡para qué!), durmiendo boca arriba se había tragado la lengua, y como tenía la garganta seca, no podía ni respirar ni desatragantase.

Y allá me encotraba yo, sólo, con un paciente con graves ideas de suicidio y otro paciente muriéndose por axfisia.

Para acabar, pude sacar adelante al paciente que se estaba axfisiando, y tranquilizar a la persona que se quería suicidar.

(Ya se que falta la parte más interesante de la historia, pero como está pendiente de presentar denuncia ante el Juzgado, me temo que de momento me lo tengo que guardar)

Lo que quería contar en realidad es que, al día siguiente envié un informe al Gerente de este manicomio, contándole la situación, y me contesta con todo el cuajo del mundo, por escrito, que según él no había habido peligro ni para el personal ni para los pacientes.

Le volví a mandar otro escrito , refutando punto por punto las chorradas que me contestó, y además dándole pruebas. Le dije que mirase en la cinta que tienen de vigilancia, instalada sin permiso, sin comunicar y a traición, y que allí podría ver lo sucedido.

El mismo día envié otra carta a los Servicios Jurídicos de Osakidetza, pidiendo amparo jurídico ante las actuaciones de la Jefatura del manicomio. ¡Aún estoy esperando que contesten!.

Se acabaron la comunicaciones epistolares sobre este tema. Nadie me ha contestado, y curioso, tampoco me han expedientado.

Sólo puedo achacar a la suerte (y algo a mi profesionalidad) el hecho de que esa noche no muriese nadie.

¡Como no pasó nada grave, según el jefe que estaría durmiendo! pues no hubo peligro, pero si hubiese fallecido alguno de los pacientes, como el único que estaba presente era yo, ya estaría denunciado!

Y mira que les tengo dicho a mis compañeras y compñeros, no dejeis de anotar en un libro de incidencias, absolutamente nada de lo que pasa, porque ya no venimos a trabajar, sino a guardarnos las espaldas, de los jefes, claro.

(En próxima entrada, pondré los escritos enviados en el blog)

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