LA TRAICIÓN DE LA MENTE

Autor: Patxi Calvo. Trabajador Psiquiátrico

La verdad es que si que soy un palizas -pesado, cansino-, pero bueno, como decía Mao, a base de repetir mensajes uno se los cree.

¡Hostia, como mis jefes cuando hablan mal de mi, o sea, siempre!, ¿Serán maoístas?

Siempre cuento una anécdota que se me quedó muy grabada, y que demuestra -al menos a mí-, que uno escucha lo que quiere, no lo que le dicen:

Un colega mío, compañero de trabajo, trajo un día embutido. Contentísimo pues además de darnos una alegría, era algo que en aquellos tiempos se comía poco: ¡Es cecina -chacina similar al jamón pero realizada mediante el curado de la pata de vaca- de León!, y pensé para mí, ¡hay que joderse, que hasta de los leones sacan tajada!, y cuando iba a hacer apología ecológica me dí cuenta que si, que la cecina era de León, una provincia del Estado español, típica por sus embutidos. ¡Estaba buenísima!.

Hoy me ha pasado lo mismo, estaba leyendo la prensa, y en una entrevista que le hacían a la tataranieta de Charles Darwin -si, ése- comentaba que llevaba siete años trabajando con percebes y escribio una monografía premiada por la Real Sociedad de Ciencias (Público, 24/11/2009. página34. Estado español).

Y de nuevo la mente me ha jugado otra cómica pasada, pues lo primero que he pensado ha sido: Pues vaya, yo llevo 30 años trabajando con percebes, haciendo escritos y nadie me ha dado ningún premio, al contrario, me han expedientado.

Será el Alzheimer.

De inmediato -bueno, un poco después- he aterrizado mentalmente, se refería a pollicipes pollicipes -crustáceo de la clase cirrípedos que crece sobre las rocas batidas por el oleaje. Se alimenta por filtración, ya que debido a su carencia de extremidades permanecen inmóviles adheridos a las rocas toda su vida adulta- y no a las personas estúpidas, a quienes aquí en Euskadi, en su sabiduría la gente también llaman percebes, o jefes de Administración Pública, ya que están siempre pegados a la poltrona.

¡Joder, qué obsesión!, pero me las ponen a güevo.