3/10/2010

TODA CLOACA SE ATASCA CON SU MIERDA


Autor: Patxi Calvo. Trabajador Psiquiátrico

Primero tengo que decir que he estado retirado un tiempo, por motivos de salud y, más concretamente por motivos de salud mental -la mía-.

Llevo en tratamiento unos cuantos años, y mi diagnóstico es : Depresión reactiva leve. Y dicho esto, comentar también que llevo 33 años trabajando en el manicomio de Zamudio, y siempre con pacientes agudos, sin que nadie más que las personas que llevamos un montón de años haciéndolo sepa al parecer lo que eso supone, tanto a nivel de salud, como profesional y vivencial.

Manicomio. Esta palabra la uso no como desprecio al tratamiento de la salud mental ni a los trabajadores implicados en ella -resalto lo de implicados-, sino como desprecio a quien ha tenido la ocurrencia de cambiar el nombre del manicomio en el BOPV para llamarlo Hospital, que queda más bonito, pero no deja de ser, por dentro, un manicomio, para nuestra desgracia.

Siempre he hecho una pregunta a todas las personas que trabajan en el manicomio: ¿Si a ti tuvieran que ingresarte en Zamudio por estar enfermo que harías?

Hasta ahora la respuesta ha sido unánime: ¡NO!, ¡POR LOS COJONES!, ¡ANTES ME SUICIDO!

Para más alegría de los trabajadores, más del 40% está de baja y sustituída y lo que es peor: nadie se pregunta a que se debe ese nivel absentismo.

En 33 años, esta empresa con sus jefaturas tóxicas están acabando con todo lo bueno que podían tener los trabajadores y trabajadoras.

Hace años, veníamos con ilusión al trabajo, pues nos sentíamos parte de la curación del paciente.

Ahora, sólo pensar que tenemos que ir a trabajar al manicomio, nos enferma.

Antes se respetaba al personal de Enfermería (Auxiliares y DUEs) desde los altos estamentos.

Ahora, estos nuevos neoliberales, hacen lo posible por tocar las narices, una manera de demostrarse a ellos mismos que son cojonudos cara a la empresa, cuando la realidad es más cruda. De hecho si conocéis a alguien decente en las Jefaturas, no durará mucho si no se adapta al espíritu de la empresa.

Antes, el personal no se medicaba -o mejor decimos automedicaba-

Ahora, casi el 80% del del personal del manicomio se medica o automedica, y eso no parece importar demasiado a nuestros jefes, si es que se han enterado, que esa es otra.

La mayoría de los veteranos estamos cada día más cansados y cansadas, ya que el sistema de trabajo con los pacientes ha cambiado, y en vez de a mejor que sería los normal en un Hospital, ha empeorado en este manicomio.

Poca gente sabe diferenciar entre trastornos de la conducta y trastornos de la personalidad, hablamos con los pacientes como si fuesen nuestros amigos o vecinos, sin guardar distancia terapeutica -y eso si es que hablamos con ellos, que no suele pasar-; ya no se guarda ningún recato en hablar delante de los pacientes de la vida de cada persona, y lo que es peor de la vida de otras personas -y al que me diga que siempre se ha hecho así, decirle que no es cierto-.

A mi no me avergüenza decir que estoy en tratamiento psiquiátrico, lo que me avergüenza es ver conductas psiquiátricas anómalas en el personal trabajador, y que nadie tome cartas en el asunto.

Así que no extraño -y termino- que cada vez más el sistema de virtudes profesionales quedan en manos, cada vez más de gente encanallada y sin dignidad.

Servidor de ustedes, cuando se afeita cada mañana y se ve en el espejo, no se avergüenza de si mismo, me encanta ser como soy, y si fuese como alguna de las personas de este manicomio a lo mejor me planteaba seriamente ingresar en un manicomio, como paciente.

Resumiendo: al manicomio, ni loco.





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