3/17/2010

QUERER, QUIERO, PERO LO PONEN SIEMPRE DIFICIL


Autor: Patxi Calvo. Trabajador psiquiátrico.

¡Para que luego nos digan que la culpa de todo la tenemos los currelas!

He recibido una llamada telefónica de mi representante sindical, para informarme que han abierto plazo para subsanar errores en la tramitación del sistema de desarrollo de Carrera Profesional en Osakidetza.

¡Estupendo!, me comenta mi representante que la fecha tope para subsanar estos errores es el 22 de Marzo, y que hay que gestionarlo ante la Dirección de Personal del Hospital.

De inmediato me he puesto en contacto con el Departamento de Personal del Hospital y ahí comienzan, otra vez, las trabas:

La persona con la que he hablado, después de haberle explicado el tema, me comenta que no sabe de que le hablo, pero que no obstante la persona que lleva estos temas en el Hospital, está en un cursillo y no vuelve hasta el día 22.

¡Cojonudo!, la primera en la boca.

Este es sólo un ejemplo -el último por ahora- de la efectividad de quien dice representar a Osakidetza en el Hospital.

Y como nunca lo ponen fácil, pues ahora toca dar mil vueltas y rodeos para conseguir que antes del día 22, pueda subsanar errores, y eso, de entrada supone puentear a los Jefes directos, e ir donde los Jefes de los jefes, que se mosquearán, pasarán de ti y ni se molestarán en contestar.

Si a pesar de todas estas penurias burocráticas, consigues meter a tiempo la documentación necesaria para subsanar errores, siempre pasará algo -porque siempre pasa- que impida que las tramitaciones sigan su curso.

Cuando estoy escribiendo esto, me acuerdo de Díaz Ferrán, el representante de la Patronal, que digan lo que digan, es el mejor ejemplo de empresario, que ya quisieran muchos ser como él: Cierra empresas, no paga, debe dinero y aún le prestan más, y todo le sale gratis. ¡No pasa nada!; Los trabajadores no se rebelan, bueno si, pero democráticamente, los sindicatos ponen el grito en el cielo, pero no resuelven nada y los empresarios encantados, pues ya están sentándose precedentes para poder hacer lo mismo que su representante empresarial.

¿A que dan ganas de ser un canalla?

Pues si, pero me aguanto. Como he dicho más de una vez, quiero mirarme el espejo y no ver enfrente de mi a un canalla.

Al final van a tener razón quienes postulaban aquello de cuanto peor, mejor.

¡Socorro, me quiero jubilar!

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