Hoy escribe: Mevi Amatar. Jodío.
Hay mucha gente que cada vez que oye hablar de los Tribunales, y sobre todo si le convoca alguno, le entra una diarrea bestial.
Pero, eso de que en los Tribunales como en misa, es una leyenda urbana, y para que os hagais una idea os voy a contar una historia verídica.
Sucedió en un juicio en Gernika.
El abogado del demandante llama a su primer testigo; una señora de avanzada edad, natural de Bermeo, se acerca a la testigo y le pregunta:
- Señora Agirre, ¿usted me conoce?
Y ella responde:
-Pues claro txo, claro que te conozco, te conozco desde que eras un niño, y la verdad es que me has desilusionado. Mientas, engañas a tu mujer, andas con putas, manipulas a las gentes y dices cosas malas de ellas a la espalda, ¡piojo!, crees que eres una persona importante cuando no tiene inteligencia ni para ser barrendero. Si por cierto que te conozco.
El abogado se queda petrificado sin saber que hacer. Después de musitar durante unos segundos, apunta con el dedo al otro lado de la sala y pregunta:
- Señora Agirre ¿Conoce usted al abogado defensor?
Y la vieja bermeana contesta:
-Si por cierto, claro que conozco al otro abogado, y también desde que era pequeño. Es un flojo, le da al frasco y anda siempre en peleas. Es un abogado malo, malo, le llaman hecatombe. Es un putero conocido en todo el pueblo, y la gente dice que anda con mujeres de otros, ... y mire señor abogado, no sea imbécil, porque una de ellas es la suya. ¡Claro comemos en caso pro picamos fuera!, ¡Que si conozco!
El abogado defensor se ha quedado en shock y cuando tras pensar durante unos segundos, se proponía hacer otra pregunta, el Juez le interrumpe y, pide a ambos abogados que se acerquen al estrado, y con voz muy tenue les dice:
- Si a alguno de los dos se le ocurre preguntarle a la vieja si me conoce, les juro que se pudren en la cárcel.
Así que como veis, a pesar de los disgustos que nos da la Ley, también podemos hacer unas risas a costa de ella.
Hay mucha gente que cada vez que oye hablar de los Tribunales, y sobre todo si le convoca alguno, le entra una diarrea bestial.
Pero, eso de que en los Tribunales como en misa, es una leyenda urbana, y para que os hagais una idea os voy a contar una historia verídica.
Sucedió en un juicio en Gernika.
El abogado del demandante llama a su primer testigo; una señora de avanzada edad, natural de Bermeo, se acerca a la testigo y le pregunta:
- Señora Agirre, ¿usted me conoce?
Y ella responde:
-Pues claro txo, claro que te conozco, te conozco desde que eras un niño, y la verdad es que me has desilusionado. Mientas, engañas a tu mujer, andas con putas, manipulas a las gentes y dices cosas malas de ellas a la espalda, ¡piojo!, crees que eres una persona importante cuando no tiene inteligencia ni para ser barrendero. Si por cierto que te conozco.
El abogado se queda petrificado sin saber que hacer. Después de musitar durante unos segundos, apunta con el dedo al otro lado de la sala y pregunta:
- Señora Agirre ¿Conoce usted al abogado defensor?
Y la vieja bermeana contesta:
-Si por cierto, claro que conozco al otro abogado, y también desde que era pequeño. Es un flojo, le da al frasco y anda siempre en peleas. Es un abogado malo, malo, le llaman hecatombe. Es un putero conocido en todo el pueblo, y la gente dice que anda con mujeres de otros, ... y mire señor abogado, no sea imbécil, porque una de ellas es la suya. ¡Claro comemos en caso pro picamos fuera!, ¡Que si conozco!
El abogado defensor se ha quedado en shock y cuando tras pensar durante unos segundos, se proponía hacer otra pregunta, el Juez le interrumpe y, pide a ambos abogados que se acerquen al estrado, y con voz muy tenue les dice:
- Si a alguno de los dos se le ocurre preguntarle a la vieja si me conoce, les juro que se pudren en la cárcel.
Así que como veis, a pesar de los disgustos que nos da la Ley, también podemos hacer unas risas a costa de ella.
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