3/17/2011

ESO QUE LLAMAN RESPETO (I)


Hoy escribe: subordinado

Uno de mis recuerdos más vívidos de mi vida profesional, fue el de mi primer día de trabajo:

Allá por el jurásico manicomial, entre a trabajar a las 6 de la mañana, y me colocaron (textual) en la primera planta, junto con unos compañeros, que tenían una pinta que daban miedo, y que luego resultaron ser encantadores.

Pues hete aquí, que estábamos tocándonos la breva desde las 6 de la mañana hasta las 7 y media que se levantaban los pacientes y entre cigarro y cigarro, me empezaron a contar truculencias del manicomio.

De pronto todos a la vez, cuando se oyó un ruido, tiraron los cigarrillos y se pusieron firmes casi en plan militar, y diciéndome, ¡levantaté, levantaté!, todos nerviosos. Lógicamente me entró el acojono y me puse más firme que un legionario y de pronto de abre una puerta y .....
comenzaron a desfilar delante de nosotros un montón de monjas. Mis compañeros haciendo inclinaciones de cuerpo y saludando a la vez: ¡Buenos días sor, buenos días sor....! Horrible.

Lógicamente repararon en mi, el "nuevito", y hala venga mamoneo otra vez: ¡Chico nuevo, eh!, ¡Qué jovencito!, ¡Mira que majo es!.... y así hasta que entraron todas en una capilla que había, y que pegaba pared con pared con el dormitorio de enfermos agudos de la primera planta, todo hombres, enfermos mentales pero no tontos.

Cuando desapareció la procesión de reverendas, pregunté a mis compañeros que había sido aquello, y me comentaron que eran las monjas, las que más mandaban en el manicomio y que había que tenerlas RESPETO, y que además algunas eran más malas que la tiña, pero que ya me iría enterando.

Y fue en ese momento cuando hoy decir la palabra RESPETO a unos compañeros refiriéndose al menjerío.

Y en menos de un minto se pusieron a cantar maitines a grito pelado, despertando a los pacientes que dormía en la sala de al lado. ¡Y por cierto, que mal cantaban!

En un momento se juntaron las loas al señor de las monjas, con los juramentos a grito pelado de los pacientes, y mis compañeros entrando como un tsunami en la habitación de los enfermos exigiéndoles silencio, y juro que oí a uno de ellos que decía: Haber si tenéis RESPETO que están rezando. Y a continuación la respuesta de un paciente: Y nosotros durmiendo, que tengan respeto ellas y se vayan a rezar al pueblo.

Luego comenzó una mañana de lo más loca para mi, mi primer día de trabajo, porque yo de cuidador de Salud Mental, ni idea. Sabía que las aspirinas eran para el dolor de cabeza y que el esparadrapo -que ni tiritas existían- eran para tapar las heridas.

Pero ese fue un día esclarecedor para esta neurona que me queda: Escuché dos concepto de RESPETO en menos de un minuto.

continuará.....

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