1/03/2011

HE ESTADO DE DESPEDIDA


Autor: Patxi: compañero y amigo

Empiezo esta segunda época de SOROLEKU, por obligación, devoción y amor.

Si, ya se en lo que pensáis, algunos y/o algunas, pero nada más lejos de la imaginación: He estado en el funeral de una amiga, compañera de trabajo, pero amiga.

Murió en Noche Vieja del 2010 con la sola compañía de su madre, afectada de Alzheimer.

Los motivos de su muerte sólo los conocía ella, pero las causas de muerte, en el manicomio en el trabajábamos, los conocemos la inmensa mayoría del personal.

En el funeral no estábamos todos, había ausencias que cantaban, sin embargo ha habido presencias inesperadas, que de algún modo me han reconciliado con "su vida".

Nadie, absolutamente nadie de la dirección del manicomio ha acudido a su funeral, algo que personajes como yo, entrenado en criminología (con título universitario y masters de gentuza tan mala como el FBI), experimentado en observación psiquiátrica y todo lo que ello lleva consigo, he sacado mis conclusiones. Mías, que el resto de compañeras y compañeros estén de acuerdo no creo que sea coincidencia.

Por ejemplo, sin ir más lejos, Mengele el nombre con el que catalogó a la médico de empresa del manicomio, debido fundamentalmente a lo mal que la trataba (curiosamente la mencionada, años después de que casi nadie supiese su nombre, el del "deni" -de hecho a mi me cuesta recordarlo-, animada y/o inducida por otro presunto delincuente -legalmente hablando, que yo se que lo es- me denunció, me expedientaron, me sancionaron)

Mi muy querida amiga, hoy muerta, siempre confió en mi y sabía que jamás diría nada que pudiese incriminarla. Resumiendo que, yo me "comí el marrón".

Maite, era muy querida por mi, mucho, compañera entrañable, con sus historias, como todos, pero una mujer encantadora, cariñosa, expansiva y enferma.

Bueno, que me disperso....

Los amigos, amigas, compañeros y compañeras la cuidábamos y la protegíamos de si misma y de la imbecilidad de algunos personajes.

Estoy a punto de llorar, por lo que dejo de escribir, pero que quede clara una cosa: Maite te queríamos y te echamos de menos.

Que allá donde estés nos cuides, y no te preocupes, ya nos encargaremos de la gentuza que colaboró a tu alejamiento físico de nosotros.

Como tu solías decir. Oink, oink.

1 comentario:

  1. A Maite, a quienes entendimos tu enfermedad, que sin poder hacer nada por ti, siempre nos parecio injusto e inhumano el trato que recibiste por parte del hospital. No hubo un puesto para ti, para los pocos años que te quedaban para jubilarte, era mas fácil apartarte, era mas facil cualquier excusa para hacerte inservible.

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