5/07/2010

MAL DE ALTURA


Autor: Patxi Calvo. Mis circunstancias

Y no me refiero a la pájara que es el mal de los que suben físicamente montañas, las personas que andan, y las que andan en bicicleta, e incluso, las novias de los pájaros, a no ser, claro, que sean pájaros de cuentas.

Este mal de altura al que me refiero, tiene un enorme parecido a la también llamada erótica del poder, ya se sabe, ese síntoma que tienen muchas personas, que prefieren, por ejemplo, ganar menos dinero que el que ganaban siendo profesionales sin mando, pero que se corren de gusto sólo por el hecho de tener a alguien de subordinado, donde descargar sus frustraciones, o malas ostias.

El mal de altura, es ante todo adictivo. Persona que sube en el escalafón, se agarra a él cual garrapata administrativa, y es donde se crea una maravillosa creación de puestos alrededor del escalafonado.

Por ejemplo, y conste que lo he leído, no es cosa mía: La persona que ocupa lugar en la cúspide, y de la que no quiere marchar, se rodea de personas, fieles y leales (habitualmente traidoras, aunque sea un contrasentido) y a ser posible con un hervor menos que el encaramado.

Y es lógico, nadie debe de hacerle sombra, cosa que sucedería si fuese -y se notase- que es más inteligente que el encuspidado, y la pirámide sigue bajando con tal maravillosa lógica: El subordinado, pone debajo de su puesto a otros subordinados que tampoco le hagan sombra, con lo que los hervores bajan, y así hasta llegar a la base.

Esto que cuento, narro y/o difundo, lo he vivido durante muchos años.

Podría escribir aquí el discurso del replicante de la película Blade Runner: "He visto cosas que vosotros jamás creeríais...", y es cierto, a mis 58 años, que he vivido con el franquismo, con la mal llamada transición democrática, con los demócratas de papel, años en los que he chupado comisarías, cuartelillos, cárcel, etc. -con todo lo que ello lleva consigo-, en todos los regímenes, ha existido siempre esto que yo llamo el mal de altura.

De hecho, los que estaban arriba, siguen arriba -ya se sabe, el aparato- y los que antes eran unos fachas, y presumían de serlo, ahora son demócratas de toda de toda la vida, son los primeros en ofenderse y en sentirse injuriados cuando les recuerdan su no lejano pasado.

Como decía el replicante, he visto cosas que vosotros jamas creeríais, y conozco a las personas que han hecho esas cosas.

¿Será por eso que mis jefes me quieren tanto?

1 comentario:

  1. CUANDO NO SE QUIERAN BAJAR ...LO MEJOR YE EMPUJALOS Y QUE SE CAIGAN....PERO QUE NO SE LEVANTEN NUNCA MAS.......ME REFIERO EN POLITICA............BUEN DIA

    ResponderEliminar