5/11/2010

LA MUJER DEL CÉSAR



Autor: Publio Romano. Dos gardenias para ti

Tiempos pasados no se si fueron peores, pero por lo que a mi respecta, han sido mejores, pero para todo tipo de canallaje, que hay mucho suelto.

La gente que como yo, que pasó primero por el TOP y luego por la Audiencia Nacional, y exactamente por lo mismo, por defender unas ideas no podemos decir que tiempos pasados fueron peores, no, para nosotros son iguales.

Sin embargo, para todos aquellos que eran afectos y militantes, no notaron en absoluto que llegase la democracia, quiero decir que no lo notaron en sus haciendas, en sus carnes, en sus empleos, siguieron haciendo lo mismo, pero ahora ya tenían el sello democrático.

Perdón, que me he equivocado. Es tan maravillosa esta democracia, que los afectos al franquismo pasaron de ser unos fascistas de pelo en pecho a ser unos tímidos demócratas, al principio, pero cuando vieron que esa democracia era una milonga, pues además de no ser purgados políticamente, los ascendían, los nombraban para cargos políticos, los jefaturaban, y sin embargo, lo que habíamos chupado sangre, sudor y lágrimas, nos sentíamos estafados.

Ahora, ya no es necesario ser demócrata, con decirlo es suficiente y con no decirlo es mejor. Pero hoy, demócratas todos hay que ser pelota, agradecido y lameculos, que la democracia por la que peleamos, se ha convertido en una "demosgracias", señor, si, señor.

Los poderosos, los realmente poderosos -que no son los políticos-, la banca, la iglesia y la carpetovetonia, siguen haciendo lo mismo que antes; los banqueros se forran más que antes, los medios de comunicación -salvo honrosas excepciones- son de derechas, la TV pública y privada son basura, y chupamos cárcel condenados por los mismos que te siguen condenando ahora.

Decía un emperador romano -ni me acuerdo cual- que la mujer del César no sólo tiene que ser, sino también parecer.

Aquí y hoy por hoy, mejor que no.

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