Autor: Patxi Calvo. Criminólogo
Estaba escuchando la radio, y ha dado la noticia de su fallecimiento en un hospital, y he sentido un profundo dolor, un ataque de angustia, pues a pesar de todas nuestras diferencias, que eran muchas, pero periféricas, siempre fue para mi, y para muchos de nuestra generación un gran ejemplo.
Persona ejemplar. Criminólogo con grandeza de miras. Maestro. Compañero y persona de una bondad que trascendia su propio corazón.
Como homenaje, comentaré, que mi primer día de clase con él en la Universidad del Pais Vasco -Instituto Vasco de Criminología- fueron sus palabras las que me impulsaron a seguir estudiando y a amar esta disciplina universitaria de la que no existen puestos de trabajos.
"Si alguno de ustedes que trabaja en fuerzas de seguridad cree que esta al servicio de la ciudadanía, se ha equivocado de carrera, están ustedes al servicio del poder establecido"
Me pareció genial, y no se quedaba ahí, tenía una amplio conocimiento del hombre y de la ley, y de lo que es capaz de hacer el hombre para aprovecharse de la ley.
Siempre nos remitía a uno de los poemas de la obra Martín Fierro, y nos leía con verdadera pena lo que para el era una realidad de entonces, de ahora, del pasado y como el decía, si nosotros no lo remediamos, del futuro:
"La ley es como tela de araña, que atrapa al pequeño, pero el grande se escapa"
Adiós Beris, tu eras católico creyente, que tu Dios te acoja en su seno.
Persona ejemplar. Criminólogo con grandeza de miras. Maestro. Compañero y persona de una bondad que trascendia su propio corazón.
Como homenaje, comentaré, que mi primer día de clase con él en la Universidad del Pais Vasco -Instituto Vasco de Criminología- fueron sus palabras las que me impulsaron a seguir estudiando y a amar esta disciplina universitaria de la que no existen puestos de trabajos.
"Si alguno de ustedes que trabaja en fuerzas de seguridad cree que esta al servicio de la ciudadanía, se ha equivocado de carrera, están ustedes al servicio del poder establecido"
Me pareció genial, y no se quedaba ahí, tenía una amplio conocimiento del hombre y de la ley, y de lo que es capaz de hacer el hombre para aprovecharse de la ley.
Siempre nos remitía a uno de los poemas de la obra Martín Fierro, y nos leía con verdadera pena lo que para el era una realidad de entonces, de ahora, del pasado y como el decía, si nosotros no lo remediamos, del futuro:
"La ley es como tela de araña, que atrapa al pequeño, pero el grande se escapa"
Adiós Beris, tu eras católico creyente, que tu Dios te acoja en su seno.
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