9/27/2009

EL TRANSPORTADOR DE MOLÉCULAS


Autor: Patxi Calvo. Trabajador psiquiátrico. Criminólogo


En Osakidetza, mucha gente es honrada por sentencia judicial, ya se sabe: todo el mundo es bueno hasta que se demuestre lo contrario, pero eso es a nivel jurídico.

Curiosamente a nivel Laboral, casi todo el mundo acepta que para ser Jefe hay que reunir un montón de "virtudes", entre ellas: la estupidez

Y luego, si hacemos una mezcolanza, entre los jurídicamente buenos y los jefes, nos encontramos con cosas tan maravillosas como la honradez virtual, y me explico con un pequeño ejemplo:

Los horarios habituales del funcionariado o trabajadores de la Administración pública, son de mañana, léase de 8h. a 15h, y "disfrutan" de este horario: Jefes, Recursos Humanos, administrativos, médicos -salvo que estén de guardia-, y un largo etc., y sin embargo yo que tengo horario de noches, es decir de 22h. a 8h. me encuentro con contradicciones flagrantes entre lo que cuentan los interesados, lo que sentencian los jueces y la puta realidad.

Se supone que cuando acabo mi jornada a las ocho de la mañana, tengo que ver en su puesto de trabajo a todo el personal que entra a esa misma hora, incluídos l@s compañeras que me dan el relevo: ¡Pues no!

Se supone, que cuando entro a trabajar, me tengo que encontrar con las personas que tienen que salir, por lo mismo de antes. Pues por lo mismo de antes, ¡Tampoco!

Cuando se comentan estos fenómenos quánticos, ya se sabe, la imposibilidad de coincidir en una franja horaria determinada por el calendario laboral, tenemos respuestas varias, todas ellas comprobadas empíricamente:

a) Porque nadie miente -si es funcionario, menos-

Si te encuentras en la parada del autobús cando vas a trabajar, a personas que ya han salido, tenemos un problema, pues son funcionarios y además jefes ¿llegaremos tarde al trabajo?, porque ellos nunca se van antes de la hora, dicen, afirman y juran.

b) Por la consecuente sentencia judicial

Has osado denunciar publica y sindicalmente estos hechos, y te denuncian por calumnias, injurias, etc. y el Juez te condena por no demostrar lo que denuncias, y eso que los denunciantes y los testigos llegan tarde al juicio, en el trabajo no existe un reloj de fichar que refleje las entradas y salidas y los testigos son todos jefes o enchufados, los sindicatos dicen que no entran en esos temas -que son personales- y además el abogado se lo pone la empresa. y

c) porque si.

Porque, ¡pa cojones los míos! -los del jefe-

Así que con estas verdades absolutas, a las que no puedes enfrentarte, llegas a la conclusión de que los jefes y miembros "retardantes" de la Administración pública han inventado un "transportador de moléculas", que actúa en los pliegues espacio temporales de una manera quántica, que me río yo de los "agujeros negros" -no, los del culo no, los otros-, por lo que cuando vienen ya han llegado y tú, pobre holograma, aún no has salido y ya estan controlándote.

Claro, que si lo cuentas así, te meten en el frenopático, pero ... de verdad, ¿a qué tengo razón?, no la razón jurídica, ni la mediática, ni la laboral, ni la funcionarial, sino de la otra, la que contamos en blogs y en los pasillos del manicomio.

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