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Mire usted por donde, un día de esta semana pasada , mi compañera del alma, sustituyó la alfombrilla que teníamos para poner la silla del ordenador -una de bambú preciosa y ecológica-, pero que ya estaba hecha polvo de tanto trajín.
Así que con buen criterio, tomó la medidas de la susodicha alfombra y se fue al Corte Inglés a encargar otra, que nos la trajeron este lunes por la mañana. Podéis imaginaros, estábamos contentos de cambiar la ruina ecológica que teníamos por una nueva, preciosa y rematada en los bordes con una tela.
Esa misma tarde, empecé a ponerme malo, se me iba la cabeza, mareado, tambaleante, y sin saber lo que me pasaba, pensé en todos los posibles motivos: ¿Sería una pequeña depresión, stress, la gripe A?, ¿ me ponía enfermo sólo de pensar que tenía que ir a trabajar?, ni idea y lo que es peor, empece a ponerme en plan hipocondríaco, de todo lo que leía tenía algún sintoma.
Total, que ese jodido lunes, por la noche me fuí a trabajar, pero no llegué ni al trabajo, ya en la parada del autobús, me encontré con dos compañeras de trabajo, y con esa sensibilidad que caracteriza a los loqueros me dijeron:
¡Macho, no pensarás ir a currar con ese colocón!
Pues si que pensaba ir, pero como la carne es débil y las ganas de trabajar escasas no les hizo falta esforzarse mucho para convencerme de lo contrario.
Así pues, volví a casa, más mal que bien, y me dejé caer en el sofá, pero cada vez me encontraba peor y, ya se sabe en casa del herrero cuchillo de palo. Cuando me dí cuenta de donde venían mis males, dos días y medio después -y cuando recuperé fuerzas- empecé a cagarme en el que inventó las alfombras, en la familia del que fabrica el pegamento, en el Corte Inglés por su magnífico control de calidad, y por fin en mi propia estupidez.
Una vez medio desahogado, me acordé de los chavales pobres e invisibles que se conforman con esnifar pegamento para olvidarse de sus miserias, y esta vez sí, casi me deprimo.
Mi conclusión de este arrebato es que parece que los fabricantes de alfombras -las baratas- quieren hacernos olvidar las miserias de sus ganancias económicas a base de pegamento, y lo peor, es que se las compramos con esnife incluído.
Así que con buen criterio, tomó la medidas de la susodicha alfombra y se fue al Corte Inglés a encargar otra, que nos la trajeron este lunes por la mañana. Podéis imaginaros, estábamos contentos de cambiar la ruina ecológica que teníamos por una nueva, preciosa y rematada en los bordes con una tela.
Esa misma tarde, empecé a ponerme malo, se me iba la cabeza, mareado, tambaleante, y sin saber lo que me pasaba, pensé en todos los posibles motivos: ¿Sería una pequeña depresión, stress, la gripe A?, ¿ me ponía enfermo sólo de pensar que tenía que ir a trabajar?, ni idea y lo que es peor, empece a ponerme en plan hipocondríaco, de todo lo que leía tenía algún sintoma.
Total, que ese jodido lunes, por la noche me fuí a trabajar, pero no llegué ni al trabajo, ya en la parada del autobús, me encontré con dos compañeras de trabajo, y con esa sensibilidad que caracteriza a los loqueros me dijeron:
¡Macho, no pensarás ir a currar con ese colocón!
Pues si que pensaba ir, pero como la carne es débil y las ganas de trabajar escasas no les hizo falta esforzarse mucho para convencerme de lo contrario.
Así pues, volví a casa, más mal que bien, y me dejé caer en el sofá, pero cada vez me encontraba peor y, ya se sabe en casa del herrero cuchillo de palo. Cuando me dí cuenta de donde venían mis males, dos días y medio después -y cuando recuperé fuerzas- empecé a cagarme en el que inventó las alfombras, en la familia del que fabrica el pegamento, en el Corte Inglés por su magnífico control de calidad, y por fin en mi propia estupidez.
Una vez medio desahogado, me acordé de los chavales pobres e invisibles que se conforman con esnifar pegamento para olvidarse de sus miserias, y esta vez sí, casi me deprimo.
Mi conclusión de este arrebato es que parece que los fabricantes de alfombras -las baratas- quieren hacernos olvidar las miserias de sus ganancias económicas a base de pegamento, y lo peor, es que se las compramos con esnife incluído.
Quiero ese pegamento. Necesito olvidar mis miserias y me conformaría con un pegamento. Y si produce la muerte mejor. Gracias.
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