Autor: Patxi Calvo. Criminólogo.
De los muchos negacionismos que estoy sacando a la luz, hay uno que me deja totalmente perplejo, y me refiero al negacionismo documental.
Y me explico, cuando campaba a sus anchas por el Hospital con el cargo de Jefe de Personal, el predecesor del que degraciadamente se ha enchufado, entraron vía registro de entrada, docenas y docenas de denuncias contra este individuo. Se colocaron carteles en el interior y en el exterior del hospital. Se publicaron varias denuncias en prensa. Hubo concentraciones de trabajadores contra esta persona y sin embargo: Nunca, jamás se dió respuesta a las docenas de escritos, nunca jamas, su superior, el actual Gerente, al que consideraba su mano derecha y hombre de confianza, hizo nada por investigar las denuncias.
Personalmente me temo, que los escritos que enviábamos conjuntamente al Gerente y al Director General de Osakidetza, nunca llegaron a su destino, porque me extraña que la Dirección no contestase. De ser cierto esto, está claro que ha habido un delito de esos que en la Administración pública llamamos: Falsedad de documento público con agravante de ocultamiento.
Esto me lleva a una pregunta que nunca jamás han contestado: ¿Quién controla a los jefes?, porque no se molestan ni en contestar los escitos los miembros de la Dirección de Personal de Osakidetza, ¿los reciben, los han recibido?, me temo que no, y eran docenas y docenas de denuncias.
¿Justicia = Sillón = Obediencia debida = por mis cojones?, ¿Esto es democracia o tiranocracia?
Que me lo expliquen.
Y me explico, cuando campaba a sus anchas por el Hospital con el cargo de Jefe de Personal, el predecesor del que degraciadamente se ha enchufado, entraron vía registro de entrada, docenas y docenas de denuncias contra este individuo. Se colocaron carteles en el interior y en el exterior del hospital. Se publicaron varias denuncias en prensa. Hubo concentraciones de trabajadores contra esta persona y sin embargo: Nunca, jamás se dió respuesta a las docenas de escritos, nunca jamas, su superior, el actual Gerente, al que consideraba su mano derecha y hombre de confianza, hizo nada por investigar las denuncias.
Personalmente me temo, que los escritos que enviábamos conjuntamente al Gerente y al Director General de Osakidetza, nunca llegaron a su destino, porque me extraña que la Dirección no contestase. De ser cierto esto, está claro que ha habido un delito de esos que en la Administración pública llamamos: Falsedad de documento público con agravante de ocultamiento.
Esto me lleva a una pregunta que nunca jamás han contestado: ¿Quién controla a los jefes?, porque no se molestan ni en contestar los escitos los miembros de la Dirección de Personal de Osakidetza, ¿los reciben, los han recibido?, me temo que no, y eran docenas y docenas de denuncias.
¿Justicia = Sillón = Obediencia debida = por mis cojones?, ¿Esto es democracia o tiranocracia?
Que me lo expliquen.
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