9/28/2011

CONDUCTISMO o AQUÍ MANDO YO


Hoy escribe: Apapucio Maimónides

¡Que si!, ¡ya se que he estado missing un par de meses o tres!, ... pero he estado muy ocupado sobre todo no haciendo nada más, que leer, reflexionar, atender mis obligaciones con la ONG Tocororo y participando en algunos cursos de Criminología -muy fuerte esto de la Criminología- y poco más.

¡Pos bueno!, ¡Pos vale!, ¡Pos m'alegro!, ¡Pos bien! ...

Y ahora al granito bloguero:

En este tiempo que he estado alejado del teclado del ordenata, si que han pasado cosas, algunas de ellas despreciables -como que exista Intereconomía y que tengan bula para insultar, difamar y meterse contra todo que huela a democracia, y que les salga judicialmente gratis- que por supuesto siempre están protagonizadas por la caverna fachosa.

Sin embargo hay alguna cosa que te alegra el día, no como a Clint Eastwood -aunque a veces me gustaría- sino con lo que pueden contar niños o niñas de seis años en su acontecer diario colegial.

Estaba en la tienda de cómics, acá en el Casco Viejo de Bilbao, comentando con mi amigo "las movidas" que ha habido ultimamente con los okupas de Kukutza, los carrerones, las ostias que hubo -a mansalva-, y no en dos direcciones, sino, de los uniformados de la Ertantza, reforzado con los policías municipales, a quienes dieron una capucha para no ser reconocidos, en fin, los aconteceres semanales.

En la tienda, estaba muy formal, sentada en una silla, la hija de mi amigo -seis añitos-, y con esa curiosidad sana de los niños, intervino y nos preguntó de que hablábamos y suavizando el lenguaje le dijimos que de las manifestaciones del día anterior.

Y toda entera, sin despeinarse un pelo, nos dijo: ¡yo también he estado en una manifestación!

Así que poniendo cara de escuchar y sonriendo, le pregunté: ¿y dónde?

En el comedor de colegio, porque nos trajeron un puré asqueroso que no nos gustaba a nadie, y le dijimos a la monitora que estaba malo, y la monitora nos dijo que lo teníamos que comer, y como no queríamos, empezamos a gritar ¡Manifestación, no queremos puré!

Y ya, muchísimo más interesado le pregunté: ¿Y luego que pasó?

¡La monitora nos castigo a todo el comedor sin salir al patio hasta la hora de clase, pero no comimos el puré, y además yo estaba de acuerdo con la manifestación!

Su padre mirando al techo con una sonrisa de oreja a oreja, y yo le dije a la nena: ¡Pues muy bien hecho, si el puré estaba malo, hicisteis bien en no comerlo, y si no os hicieron caso hicisteis muy bien en protestar!

¡Si, pero si teníamos razón ¿por qué nos castigó la monitora?!

¡Pardiez, gran pregunta!

Ya no os voy a contar la respuesta del papá, ni la mía ... no sea que ...

Delante de mi, estaba una inocente niña de seis añitos, que no entendía, dentro su lógica infantil -y adulta, añado- por qué si tenía razón la habían castigado.

Muy sencillo, se aplica la ley del aquí mando yo, porque si, porque yo soy mayor -monitora- y se lo que os conviene y si no lo entendéis os castigo, eso si, sin explicación previa.

Palo y Zanahoria, conductismo puro y duro, ya desde pequeños te enseñan, ¡O haces lo que te digo o te castigo!, ¡Te reprendo!, ¡Te reprimo!

Si luego el puré estaba malo por qué tenía salmonella, no importa, ¡Lo primero es obedecer, que aquí mando yo!








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